Peeling

El peeling consiste en la eliminación de distintas capas de la epidermis para favorecer la regeneración de la piel. El número de capas a eliminar dependerá del tipo de peeling que se realice: superficial, medio o profundo.

Además, puede ser físico o químico, y según el agente utilizado se obtienen distintos beneficios, como el aumento del colágeno, la despigmentación de manchas o el control sobre la grasa y bacterias en las pieles acneicas.

El peeling está indicado en casos de envejecimiento fisiológico o actínico y para el tratamiento de manchas y acné. No obstante, puede emplearse como un medio para mantener una piel sana, tersa, libre de impurezas y luminosa.

La periodicidad del peeling también dependerá del objetivo del tratamiento así como de la sustancia empleada.

En los peeling para aportar luminosidad al rostro se realizan entre cuatro y ocho sesiones semanales o quincenales.

Cuando la intervención en la piel es profunda las sesiones se espacian más en el tiempo y el tratamiento completo se repite una vez al año. Si el peeling es muy profundo no suele repetirse en años.


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